“las manos del osteópata escuchan el cuerpo, perciben lo que quiere expresar y actúan para liberarlo, para devolverle su estructura, su dinamismo y su capacidad auto-reguladora propia.“
“el cuerpo registra nuestros conflictos y encierra nuestras emociones, hasta decidir manifestar a través de síntomas, su necesidad de desprogramarlos.”